Cada 25 de noviembre el mundo se une para visibilizar y rechazar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, una de las violaciones de derechos humanos más extendidas y persistentes en el planeta.
Esta fecha fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000, en memoria de las hermanas Mirabal, activistas dominicanas asesinadas en 1960 por oponerse a la dictadura.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual en algún momento de su vida, la mayoría por parte de su pareja. Este tipo de agresiones no solo deja secuelas físicas, sino también emocionales, sociales y económicas, afectando el bienestar de las familias y comunidades.
Conmemorar este día es fundamental para reafirmar el compromiso con la igualdad de género, promover la prevención y atención integral a las víctimas, y fortalecer las acciones que garanticen entornos seguros y libres de violencia para todas las mujeres y niñas.
Eliminar la violencia de género no es solo responsabilidad de las víctimas, sino de toda la sociedad. La empatía, la educación y la denuncia son los primeros pasos hacia el cambio.



